miércoles, agosto 29

Sobre un Clásico

La que rescató a Travolta de hacer películas de cuarta como Mira quien habla y sus infames secuelas. La que se hubiera llevado mejor película y mejor director en el 94 en los premios de la Academia sino fuera por que ese año Forrest Gump se llevó todo. La que nos lleva de la mano a situaciones humanas y a diálogos viscerales dignos de aplauso. La que nos muestra a un Samuel L. Jackson, citando a Israel, ¡Salvaje! Así es Pulp Fiction.


El cine tarantiniesco es así, lleno de sangre, persecuciones, lenguaje coloquial, severas insinuaciones de racismo hacia los judíos y los negros, buenos soundtracks y sobre todo unas historias bárbaras.


Como el clásico que es, dudo mucho que alguien no la haya visto o haya oído hablar de ella, me parece innecesario decirles que la vean porque es una película de culto y cualquier conocedor del buen cine y en especial del de Quentin, sabrá que es memorable.


La historia, está de más en este blog, pero ahí les van algunos datos curiosos. En todas sus películas, empezando por Reservoir Dogs (que en otra entrada comentaré), utiliza este tipo de toques característicos como el Zippo que en el caso de Pulp Fiction lo porta John Travolta o su intencional invención de la marca Big Kahuna Burguers. Asimismo, en Tiempos Violentos, como apareció en español, podemos notar que los únicos cigarrillos que se consumen son los Red Apple’s.


Homenajeada en parodias alrededor del mundo, Pulp Fiction es más que un largometraje, imprime todo el talento de Tarantino, quien se supo rodear de actores que pareciera estaban diseñados para esos personajes. Qué decir de Uma Thurman, gran actuación, en especial la escena de la sobredosis. Y ya no decir Bruce Willis quien despliega todo su arsenal histriónico. No me queda más que homenajear a esta cinta a mi modo, por algo se llama de culto Pulp Fiction, porque es atemporal. Hasta la próxima.


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