viernes, julio 11

Faltan 16 dias...

“¿Es una carrera?” diría mi buen amigo Oscar si intentara dar una expresión a mis días de asueto “trabajando” Y es que los días desde que acabé el cuarto semestre de la carrera han estado llenos de confusión. Mi objetivo al iniciar era ver la mayor cantidad de películas posibles en las vacaciones. De un día para otro y después de una borrachera en mi cuarto con Luis decidí presentarme a una entrevista de trabajo. ¿Que de qué trabajo? No vale la pena, simplemente es parte de la carrera a la que oscar hace referencia cada vez que hablamos de cualquier celebración venidera. ¿Qué celebración? Eso sí que vale la pena; se trata del viaje que junto con unos amigos realizaré entre julio y agosto al místico estado de Oaxaca.


Mi paso por la vida asalariada será por el momento temporal. No fue solo mi idea la de laborar para conseguir recursos y pasarla bien por allá. En parte mi objetivo principal se ha cumplido. Películas como Trainspotting, Full Metal Jacket, Easy Rider, The Doors, Pelotón, La última tentación de Cristo, GoodFellas, Taxi Driver, Ciudad de Dios, Los ladrones viejos, XXY y algunas otras que en este momento no recuerdo han formado parte de momentos muy agradables.


El trabajo no me estresa – como a muchos – Las noches de los viernes jugando Texas Hold’em y Viuda Negra y bebiendo cerveza León me hacen pensar en lo bien que se pondrá ese viaje a Huautla. A los amigos no los he dejado de ver. El último domingo fuimos al Árbol – que por cierto tomó un color verde selva que jamás había visto y nos hizo encontrarnos por un momento en otro lugar – a pasar un buen rato, aunque Israel comente que como ya no estamos en la escuela somos una especie de desobligados que sólo bebemos cerveza y platicamos con invitados como Marcos, un buen amigo que tiene una gran historia que contar y que aún no escuchamos, pero… ¿que no ya “trabajamos”?


Mi estancia en el trabajo tiene límite de tiempo: el 23 de julio renunciaré de manera diplomática argumentando problemas personales, para en cuatro días, alistarme para salir con los grandes amigos a la aventura.


Por el momento no hay mucho que comentar acerca de otros temas. Reuno la lista de canciones que se escucharán en Oaxaca y descargo mucho rock clásico. Como planes está ver Odisea 2001 de Stanley Kubrick, Metrópolis de Fritz Lang y los documentales en Google video sobre la Teoría de Cuerdas. Hasta la próxima…


jueves, junio 12

En la destilería

Eugenio Aguirre


En el pueblo de Tequila, famoso por la bebida que lleva el mismo nombre, los visitantes, allá por el año 1894, acostumbraban embriagarse bebiendo el líquido turbio del agave azul hasta caer inconscientes sobre los peroles de los chicharrones y de las carnitas o encima de los platones de tostadas de pollo, tinga o guacamole. Esa era la costumbre y nadie se asombraba de tan brutal proceder.


Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar por el mes de octubre, un poco después de que hubiera terminado la temporada de lluvias, cuando los efectos de un tequila apellidado “Lucifer” empezaron a causar estragos nunca antes vislumbrados.


El primer grupo que manifestó los transtornos pérfidos de la bebida fue el de unos émulos del barón Alejandro de Humboldt. Estos personajes, cuatro en total e incluyendo a una dama, habían llegado desde la ciudad de Berlín hasta Guadalajara para estudiar detenidamente el agave que, con tanto esmero y dedicación, había descrito el famoso botánico en su monumental obra Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente. Así, después de pasar un par de semanas recorriendo la región y paladeando cuanto tequila les ofreció la sociedad tapatía, en ágapes y saraos harto sabrosos y bullangueros, fueron a dar, por consejo de don Emmanuel Carballo, a la finca de don Cecilio Orendáin, quien durante tres días consecutivos los puso al tanto de todos y cada uno de los elíxires de Tequila; dejando para el final y previo reposo intestinal, a los más garridos que se añejaban en la zona sur, sobre el camino real que conectaba la Perla de Occidente con las tierras, por entonces inhóspitas, de los nayaritas.


Los “gringos” , como dieron en llamarles los lugareños, se recluyeron en una cruda conventual que les duró una semana, durante la cual bebieron litros de cerveza traída exprofesamente de Orizaba y comieron pitahayas y tunas taponeras, hasta que su naturaleza recobró el ritmo y el color propios de la buena digestión.


Curados de sus males con los cuidados que les prodigó don Cecilio y, sobre todo, su mujer, doña Íñiga Arreola de Orendáin, los extranjeros expresaron su disposición para aventurarse con los “Herradura reposados”, con los “Cazadores de Tlaquepaque” y con el celebérrimo “Lucifer”.


Don Cecilio, siempre generoso y obsequioso, no tuvo empacho en halagar a sus huéspedes; aunque, precavido como era, prefirió dosificar las libaciones, tal cual le aconsejaba la prudencia.


El gaznate de cada uno de los científicos recibió y pasó bien la prueba de los primeros añejos, según se refleja en las anotaciones que dejaron consignadas en sus respectivos diarios; pero, cuando llegaron a la experimentación con el “Lucifer”, no sólo dejaron de escribir sino que el registro de lo que les aconteció pasó a ser leyenda y tradición oral que aún persiste en la memoria colectiva de la población de Tequila.


Si acudimos a la impronta del epitafio que el pueblo colocó en la tumba común a la que fueron arrojados, leeremos que “Aquí yacen cuatro gringos hijos de tal por cual que se murieron por pedos, por desmadrosos y por degenerados”; y ya esto moverá nuestra curiosidad para el al Archivo del estado de Jalisco, solicitar los expedientes del Ramo de lo Criminal de la época, y enterarnos que




…después de andar de la seca a la meca con un sujeto del caserío llamado El tequila, conocido como don Cecilio Orendáin, dueño de unas pencas tequileras, los dícense alemanes, pero que más bien son unos pinches gringos, se embriagaron con “Lucifer” de noventa y seis grados y cada cual tomó un rumbo desastroso que lo llevó a efectuar desmanes que, por injuriosos, no pueden ser describidos [sic] en estos papeles, pero que fueron lo suficientemente afrentosos como para que este Ayuntamiento los mande, a perpetuidad, a rechingar a su madre.




Consultado el historiador regional José María Muriá respondió que, efectivamente, por eas fechas llegaron a Guadalajara los ciudadanos alemanes Christian Schloos, Rupert von Thal, Annita Shumager e Ingomar Swartzbach, respecto de los cuales se niegan a hablar los dos informantes que todavía viven, aludiendo que es pecado mencionarlos. Sin embargo, Muriá llegó a conocer a una señora de Lagos de Moreno, de nombre Hilda Azuela, quien le contó que, con sus ojos de niña, vio a la “gringa” Annita correr desnuda por el atrio del Hospicio Cabañas, gritando puras groserías; y que, dos días más tarde, escucho a su madre recriminarles a su padre y a sus hermanos el haber “cohabitado” con la extranjera en el quiosco que está en la plaza frente al teatro. Muriá concluyó diciendo que, aunque no hay constancias, se presume que la Shumager fue lapidada por una turba de mujeres celosas e iracundas que reclamaron, así, las escandalosas fornicaciones de la extranjera con los varones de sus casas.


Respecto de los otros tres hay sólo rastros que, eventualmente y con mucha imaginación, pueden darnos indicios de lo que sucedió. En lo que fue un cuartucho de adobe, presumiblemente un sanitario, se lee en una de las paredes: “…y por eso lo mato. Este pendejo de Ruperto se cree muy macho porque se bebió dos litros de Lucifer y cree que me puede morder las nalgas…” Y en la cerca de un corral, donde se colocaron dos cruces de cabeza, alguien y sus descendientes, hasta la fecha, cada vez que pasan por efnrente, escupen y maldicen al Cristiano y al Ingo por lo que le hicieron “a mi madre, a mi abuela, a mi bisabuela, a mi…”


Lo cierto es que los cuatro murieron violentamente, que se les negó una sepultura cristiana y que, aunque con modalidades, todos atribuyeron su “enloquecimiento” al famoso tequila “Lucifer”; pero nadie, en aquel entonces, cuestionó e investigó el por qué de sus desmedidos efectos.


A estos hechos sucedieron otros no menos graves entres los propios habitantes del poblado. Don Saleciano Valdés fue apuñalado por su hijo Casiano en una riña etílica, luciferina, en la que el primero dijo a su retoño que, como ya estaba crecidito, podría cambiarse de nombre y ponerse el de “Culo Valdés”. Porfirio Salcedo, nieta del prócer jaliscience Justo Bohigas, comenzó a rabiar y a echar espuma por la boca cuando llevaba media botella de “Lucifer” y no paró hasta que le metieron dos garrafones de agua bendita de Arandas que le salvaron la vida pero que la dejaron idiota. Dos de los ingenieros encargados del tramo Tequila-San Juan Nepomuceno de la carretera federal construida por don Porfirio Díaz, decidieron, con varios litros de “Lucifer” a cuestas, cambiar la dirección de la ruta e inaugurar la carretera Tequila-Chapala. Fueron fusilados en descampado. Y, así, propios y extraños sufrieron lo que, en 1906 se llamó “El mal de Lucifer”.


Parecía que las cosas iban a continuar igual para siempre, sin que nadie se preocupase por el origen alucinógeno del brebaje, ni el dueño de la destilería, quien al parecer vivía como si estuviera “embrujado”, cuando se vino el estallido de la Revolución y, en plena campaña, llegó a Tequila el general Romualdo Fierro, temido por su temperamento salvaje y sus asesinatos imprevistos.


Fierro, que en la toma de Torreón había pasado a cuchillo a todos los chinos de la ciudad y que después de vencer en Zacatecas había ahorcado a las prostitutas de la casa de La bandida con sus propias manos, con el pretexto de que “las güilotas no deben vestirse como cisnes”, dedicó varios días en Tequila a “ambientarse” con la “bebida de los machos”. Lo que nunca imaginó es que con “Lucifer” iba a perder la compostura y a ganarse la fama de marica, a pesar de que cobró cruenta venganza.


Como muchos otros, no resistió a la tentación de probarlo, a pesar de que le habían advertido de sus efectos nocivos. Lo hizo y no tardó en andar paseándose por el pueblo vestido, ni más ni menos, que de china poblana.


De sobra está decir que las carcajadas de sus subalternos y del doloroso contoneo de sus caderas le llenaron de vergüenza y de una cólera infinita, situación de la que cobró conciencia gracias a la maldad congénita que lo caracterizaba.


No bien se le asentaron un poco los vapores de “Lucifer”, Romualdo Fierro se apersonó en la destilería y acribilló a l dueño. Luego, entró a lugar rugiendo y maldiciendo; mas al poco tiempo lanzó una carcajada que erizó el cuero cabelludo de sus soldados y de los habitantes de Tequila.


Lo que Fierro vio ahí ya ha pasado a formar parte de la mitología pero para los testigos presenciales fue algo inconcebible. Dicen, sus sucesores, que sus abuelos vieron sobre los anaqueles que contenían las ringleras de botellas a un “diablo rojo y vergudo que se orinaba en cada una de ellas y después les colocaba el corcho”.


Al ver aquello, los soldados comenzaron a disparar pero Fierro los detuvo. “¡Este tequila debemos guardarlo para los generales, pa’ que sepan lo que es una revolución, chingao!”


Fierro cumplió su palabra. La última botella la descorchó el general Victoriano Huerta el día que usurpó la Presidencia de la República.


Tomado de la revista Universidad de México. Revista de la Universidad Nacional Autónoma de México, Diciembre 1994. NÚM. 527.

Hasta la próxima...



lunes, mayo 5

Barbarie de media noche

La tormenta terminó, me estoy desangrando. El dolor es insoportable. Intento refugiarme en algún lugar seco. Encuentro por fin un pequeño lote donde los pocos heridos acudimos por auxilio. Nos acomodan en filas y las camas escasean. Después de un rato y casi sin energía me toca ocupar un lugar para ser atendido, es imposible; David, con los sesos de fuera, llega agonizante a robarme el lugar.


Son enfermeras improvisadas; señoras que veían la televisión idiotizadas mientras la masacre. Rociaban alcohol y jugo de limón para aliviar el dolor. Todos gritaban. Se escuchaban chillidos de niños y jóvenes a punto del desmayo. Martha, una de las improvisadas, gritaba:


-¡Ay, Dios mío! – mientras se jalaba los cabellos como una loca.


Eran casi las tres de la madrugada cuando llegaron los médicos; ya muchos habían muerto. Yacía a mi lado el cadáver de Josefo, un veterano al que apuñalaron cuando intentó defender a su hijo.




Todo comenzó la noche de un martes. Eran casi las once de la noche cuando los dos barrios se <<dieron el encerrón>>.


Estaba en casa de Ernesto. Comenzó la llovizna y decidí irme a mi casa. Eran diez calles hacia mi refugio. Pasaba por la tienda cuando escuché el primer estruendo. Jamás había escuchado un balazo y no me enteré sino hasta que crucé la tercer calle. Era Raúl el que me pedía ayuda desesperado. –¡Ayúdame, cabrón!– gritaba el rulo. Ante la sorpresa decidí ayudarlo. Yo nunca me había llevado bien con él, siempre teníamos rencillas dentro de la colonia. Era un tipo enano con pinta de ladrón, que se escondía entre la multitud de su grupo para intimidar. Lo acosté en la banqueta y le dije que iría por un doctor, él se negó. Fue ahí cuando empezó todo.


Me pidió esperara a Miguel, quien traería refuerzos para contraatacar. Se escucharon un par de balazos más al aire, eran de Miguel. Sin quererlo estaba en medio de la batalla.


Pasó una media hora de tranquilidad. Un ejército improvisado de mal vivientes se armaba con palos, piedras, cuchillos y pistolas. Líneas y líneas de cocaína se inhalaban para encarar la batalla. Era el momento.


Faltaban veinte minutos para que aquel martes se extinguiera en el recuerdo. En un abrir y cerrar de ojos <<los trece>> estaban ahí.


–¡Chingó a su madre su pinche colonia de fantoches!­– amenazaron.


Llegaron por decenas. Balazos y puñaladas por doquier. Al correr por mi vida pude escuchar los lamentos de una persona en el callejón; faltaban 5 calles para mi casa…


La lluvia arreció y los charcos eran rojos. Parecía el final. Ayudé a la persona en el callejón, era Manuel.

–Me jodieron– sollozaba.


No sabía cómo ayudarlo. Ya cerca se escuchaba la muerte. Lo oculté como pude al lado de un tambo de basura, prometí volver por él.


Corrí como nunca en mi vida, esquivé camiones a gran velocidad. Volteaba y divisaba gente tirada. Nadie hacía nada.


Pasaban los primeros minutos del miércoles cuando me agarraron. Recibí una golpiza que se sentía hasta los huesos. Azotaron mi cabeza varias veces contra el cemento, sentí se me saldrían los ojos. Un par de cuchilladas en la yugular casi me terminan...


Era una de las peores tormentas, parecía que Dios nos castigaba. Nos castigaba por ser un lugar de viciosos, mal vivientes y ladrones. Nos mostraba un poco de su poder y nos hacía vulnerables.


Regresé por Miguel con mi último aliento. Don Josefo estaba encima de él, apuñalado. Un olor penetrante a muerte me hizo vomitar. La tormenta había terminado, me estaba desangrando. Se asomaba una sirena de patrulla que tímidamente se acercaba al lugar.


Desperté y no sabía si había pasado en realidad.



Hasta la próxima...



jueves, abril 17

¿Alguien sigue leyendo?

Y si les digo que las múltiples actividades me han orillado a no escribir más en este blog, mentiría. Si les digo que no ha habido nada interesante que comentar en mi vida, mentiría. Si les digo que ya encontré un tema harto interesante… ya saben…


En la escuela todo normal. Con los amigos buenas tardes de martes y viernes que poco a poco entran en mis más íntimos recuerdos. En el futbol, lo último que pasó, la selección derrotó a una selección china que parecía no tener idea de lo que estaba haciendo en el campo. En la música es donde creo he crecido más últimamente, les pondré, prometo no tardarme tanto, una lista de las últimas buenas canciones que me han alegrado los días.


Fue exactamente un mes el que me tardé en escribir algo. Demasiado tiempo si es que me he hecho de lectores asiduos, muy poco si mi blog se entierra en el mundo de los olvidados.


Si alguien sigue leyendo no teman pues seré más constante. Fue un tiempo dedicado al descanso y al ocio. Encontrarán algo más seguido, lo prometo. Hasta la próxima…


domingo, marzo 16

Eres... ¡patético!

Criticaste con todo el poder de tu ego a Ricardo. Defendiste tu carácter “nacionalista” hasta obtener tu capricho. Se te dio el timón de una generación extraordinaria de futbolistas que prometía. ¡Qué hiciste Hugo!


Y es que el hecho no es ganar y perder con resultados engañosos y pretextos constantes. Hoy el representativo mexicano jugó contra él mismo. Contra su confianza, contra su falta de táctica, contra su falta de compromiso.


Vergonzoso, penoso, horroroso, de risa, increíble, un fiasco, y decenas de adjetivos más puede recibir el partido de esta tarde-noche en Carson, California. Canadá, Guatemala y Haití fueron los sinodales que combatieron tu ineptitud Hugo. Fueron unos rivales a modo que mostraron un futbol menos mediocre que el tuyo. Es México el que se queda fuera una vez más de unos juegos olímpicos, es una generación que prometía y que se puede desmoronar por un fracaso, es tu falta de experiencia la que te llevó a pensar que tan sólo con tomar las riendas de la selección impondrías tu “jerarquía” y te volverías ídolo nacional. No Hugo, las cosas no son así. Declaras al final del encuentro que sería “justo” terminar el proceso llegando al 2010. ¿Para qué? ¿Para desperdiciar como lo has demostrado en estos meses de inconsistencias?


No hubo Copa Oro, lamentable resultado y un “fracaso” que se podía corregir. Una Copa América al nivel pero… ese no era tu compromiso. Pre-olímpico en Estados Unidos, rivales a modo… Cuatro partidos y estabas dentro del viaje a China. Toma tus cosas Hugo, toma tus cosas, pide perdón… y ¡vete!


Hasta la próxima...



jueves, enero 17

Se convirtió en Leyenda


“Esto va por mi país… chingo a mi madre si no…” declaró la sonorense Ana Guevara al anunciar este miércoles por la mañana su retiro para siempre del tartán.


Convencida de la mala decisión tomada al apoyar a Carlos Hermosillo, destacado jugador de futbol en México pero débil político infiltrado, maniatado y corrompido por las estratégicas redes de la CONADE; la ineptitud, delitos e impunidad de Mariano Lara, Guevara anuncia su retiro dejando un mensaje claro para la sociedad mexicana que vibró con sus triunfos: “La dignidad es invaluable”.


El golpe que ha dado la máxima velocista mexicana de toda la historia dejará eco sin duda. Pareciera la realidad de la sociedad mexicana los constantes reclamos hacia las autoridades, Ana no vino a descubrir el hilo negro ni a darnos un dato sin precedentes en la historia, en corto, de la CONADE, la atleta mostró su desconcierto, confusión y rabia hacia los directivos que entorpecen el crecimiento del deporte en México. Quien mejor que la sonorense para quejarse de algo que pasa desde hace mucho en los altos mandos. Es triste ver cómo caen cabezas de deportistas entregados a su profesión con pasión y coraje pese a las adversidades del sistema, es fuerte ver como una deportista de alto rendimiento derrama lágrimas al sentirse impotente, incapaz de tener voz en un órgano que, le pertenece.


Se ha ido la máxima figura deportiva de todos los tiempos evidenciando y dejando mal parado al máximo organismo del deporte en México. Han sacrificado, señores de la CONADE, a una deportista triunfadora y comprometida con su país. Es complicado, de primera mano, hacer una lectura profunda de las consecuencias que esta decisión generará en los próximos días, seguramente, una sanción administrativa sin más investigación, es la realidad, el mexicano no tiene memoria histórica. Se necesita una fuerte declaración y el fin de una carrera exitosa para cimbrarnos y hacernos reflexionar. Qué triste que se despida así la campeona mundial en 2003.


Ya que estamos con noticias, de igual manera este miércoles fue anunciado el relevo en la secretaría de gobernación. Será el primer secretario de origen extranjero. Nacido en España, Juan Camilo Mouriño toma el cargo tras la renuncia de Francisco Ramirez Acuña. El ex – secretario nunca tuvo los tamaños para el cargo y con declaraciones fuera de tiempo y sin la mínima construcción lingüística, se dedicará a otras cosas dejando al país en una creciente violencia por parte del narcotráfico y una inestabilidad, aunque el presidente diga que tenemos la fortaleza para soportar una recesión financiera en Estados Unidos, hacia la crisis en 2008. Se espera de Mouriño un desempeño de acuerdo al papel que le toca. Todos los cambios son para bien, eso dicen. Veremos en la administración de Felipe si no existe una notable excepción. Hasta la próxima...


lunes, enero 14

Lunes de sorpresas

Este blog se encuentra avergonzado por sus infortunados pronósticos en los play offs. La ofensiva comandada por Manning no pudo clarificar en la última ofensiva faltando poco menos de un tercio del último cuarto y cayó 28-24 en un entretenido y dramático encuentro ante San Diego quien tuvo que prescindir de LaDainian Tomlinson desde el medio y de su QB Rivers en el último cuarto, sin duda es digno de nombrarse el triunfo de los Cargadores en Indiana. San Diego – Nueva Inglaterra será la final de la Americana.


En el otro partido, los Gigantes se impusieron a los Vaqueros por 21-17 tras una mala decisión de los entrenadores hacia Tony Romo, quien entregó el balón en la última ofensiva. Nueva York enfrentará a Green Bay en la final de la Conferencia Nacional.


Ante los pésimos resultados, 0 y van 2, en la post-temporada y ante la reciente propuesta por parte de Israel de hacer una sección de pronósticos, este blog está confundido. Queda aquí de manifiesto, esperemos tener suerte esta vez, que el super tazón lo disputan los Packers y los Patriotas de Nueva Inglaterra.


Nada que comentar en otros asuntos. Hasta la próxima…